Discapacidad

La opinión de Magaly sobre accesibilidad

La Licenciada Magaly Vilca Ballon, psicóloga que colabora con la ONG Visión sin Fronteras, visitó el pasado domingo 2 de octubre la Estación de Naranjal.  En esta pieza nos da su opinión sobre las mejoras en accesibilidad que ha podido percibir en el Metropolitano. Además nos cuenta qué otras mejoras en accesibilidad le darían más autonomía y seguridad en sus desplazamientos.

Muchas gracias Magaly por venir a visitar nuestro trabajo y por tomarte la molestia de darnos tu opinión.

 

Visita a la Estación Naranjal

El  domingo pasado fue  un  día  particular, diferente  a  otros domingos  o días  libres  que  uno  aprovecha  en  pasear, salir  con  la  familia, o  el  novio  o  también   adelantar  trabajo  de la  oficina  para  el  lunes. Fui  invitada  a  visitar  la  Estación del  Metropolitano  de  Lima  Estación  naranjal, por  parte  de  la Asociación AIEDI en  coordinación  con  SAFE  CITY.

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Anteriormente   he  pasado  y  usado  el  servicio, ya  que  por  mi trabajo  de  Psicóloga  en  Rehabilitación  basada  en  la  comunidad, tenía  que  movilizarme  hasta  lugares  lejanos, como  Puente Piedra, Carabayllo, Ventanilla, zonas  del  Cono  Norte  desde  mi domicilio  en  Santiago  de  Surco (cono  sur), una  gran  distancia.

No  era  sencillo  acceder  a  las  zonas  de  embarque con  bastón  o  sin  él,  ya  que  una  Persona  con  Baja Visión  como  yo utiliza  la  orientación, el  tacto  y  el  residuo visual  que  posee  para  desenvolverse  lo  mejor  que  puede. Sin  contrastes, señalizaciones adecuadas  o  información  en formatos  que  puedan  ser  accesibles  para  personas  que no  ven  o  no  ven  bien  del  todo,   resulta  complicado, difícil  y  en ocasiones  frustrante  y  hasta  nocivo, porque puede uno tropezarse, golpearse o  golpear  a  otros  sin  ninguna  intención desde  luego, llegar  tarde  a  su  destino, etc.

Sin  embargo  tuve  la satisfacción  de  encontrar  otro  escenario, al  entrar  a  la estación  había  gradas  con  los  bordes  marcados  con  contraste de  color  amarillo, una  línea  podotáctil  con  la  que  toco el  regatón  de  mi  bastón, en  un  letrero  escrito  en  Braille  y texto  visible.

Fue   muy  interesante  la  iniciativa  de  habilitar al  Naranjal  en  una  estación con  señalética  para  el  usuario con  discapacidad  Visual, aunque  aún  el  proceso  es  largo,  aún hay   camino  por  recorrer  y  señalizaciones  e  infraestructura que  adaptar.

Ojalá  que  los  letreros  de  cada  plataforma   los hagan  con   macrotipo y  Braille  así  como  los  mapas  de  los recorridos sean  en  alto  relieve, los  topes  para  las  filas  de transeúntes  que  esperan  los  buses  sean  contrastables y   quién sabe, quizá en  un  futuro  podamos contar  con  pantallas  donde  se cargan  las  tarjetas  y  se  informa   uno  de  los  saldos  con audio  lector,  así  uno  tendría  mayor  autonomía,  que  es  en verdad  lo  que  hace  una  ciudad  accesible  que   rompe  con  las barreras  que  hacen  visible  cualquier  tipo  de  discapacidad.

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